Kevin Federline, el exesposo de la icónica cantante Britney Spears, vuelve al centro de la atención mediática con un libro que promete polémica. Su nueva autobiografía, titulada You Thought You Knew (“Creías que sabías”), saldrá a la venta la próxima semana, pero fragmentos publicados por The New York Times ya han generado una fuerte controversia —especialmente por la forma en que describe a Spears.
Federline, quien estuvo casado con la artista entre 2004 y 2007, tiene dos hijos con ella: Sean Preston y Jayden James. En su libro, el exbailarín asegura que revela “su versión de la verdad” sobre aquellos años turbulentos, aunque los primeros adelantos parecen más una serie de acusaciones alarmantes que un intento de introspección.
Según los extractos difundidos, Federline afirma que Britney consumía drogas, frecuentaba fiestas con celebridades como Paris Hilton y Lindsay Lohan, y que a veces mostraba comportamientos erráticos delante de sus hijos. Una de las historias más inquietantes asegura que Spears “observaba a los niños dormir mientras sostenía un cuchillo”, y que ellos se despertaban asustados. “A veces despertaban y la veían parada en la puerta, mirándolos en silencio”, escribe. “Luego ella se daba la vuelta y se iba sin decir nada”.
El relato desató de inmediato reacciones en redes sociales, donde muchos señalaron que el texto revive los mismos discursos que durante años presentaron a Britney como una mujer inestable. Para otros, las declaraciones son un recordatorio de los excesos del sensacionalismo mediático que rodeó su vida durante la larga y polémica tutela legal que terminó recién en 2021.
En otro fragmento, Federline afirma que el movimiento #FreeBritney —que luchó por la liberación de la cantante— “nació de una buena intención”, pero que ahora estaría poniendo en riesgo su seguridad. “Esto ya no se trata de libertad”, escribe. “Se trata de supervivencia”. El exesposo también asegura que la situación “se dirige hacia algo irreversible” y pide a los seguidores de Spears iniciar lo que él llama un movimiento “Save Britney”. “Durante años he sido su escudo”, dice en referencia a sus hijos. “Pero ahora es más grande que yo. Es momento de dar la voz de alarma”.
El equipo de Spears respondió rápidamente a los extractos, criticando el momento en que aparece el libro y acusando a Federline de intentar obtener beneficios económicos ahora que ya no recibe manutención. “Una vez más, Kevin y otros están aprovechándose de Britney”, señaló el comunicado. “A ella solo le importa el bienestar y la tranquilidad de sus hijos. Ya contó su historia en su propio libro, y eso debería haber sido suficiente”.
Pero Britney no se quedó callada. Horas después, la cantante rompió su silencio con un mensaje en X (antes Twitter), donde expresó su frustración y dolor por las nuevas acusaciones.
“La manipulación constante de mi exmarido es muy dolorosa y agotadora”, escribió. “Siempre he suplicado poder tener una vida con mis hijos”.
Spears añadió que la relación con sus hijos adolescentes ha sido complicada y que, pese a sus esfuerzos, siente que la han apartado injustamente. “Me he sentido desmoralizada y he rogado que formen parte de mi vida”, explicó. “Durante los últimos cinco años, he intentado vivir una vida tranquila y sagrada. Esas mentiras en su libro le darán dinero, pero la única que sale herida soy yo”.
También se refirió al escaso contacto que mantiene con ellos: “Uno de mis hijos me ha visto solo 45 minutos en cinco años, y el otro apenas cuatro veces en el mismo período. A partir de ahora, seré yo quien les diga cuándo estoy disponible. Cualquier mujer real haría lo mismo”.
En You Thought You Knew, Federline asegura que ha intentado proteger a sus hijos de la exposición pública, pero los críticos lo acusan precisamente de lo contrario: de revivir el drama familiar para vender libros. Muchos fans de Britney reaccionaron con indignación, calificando el proyecto de “ataque innecesario” y “estrategia oportunista”.
El libro de Federline llega apenas unos meses después de que Spears publicara su propia autobiografía, The Woman in Me, en la que relató su lucha por la independencia, su relación con la fama y su deseo de ser madre. Su versión fue recibida con respeto y empatía; la de Federline, en cambio, parece destinada a reabrir heridas que aún no terminan de cicatrizar.
A casi dos décadas de su matrimonio, la historia entre Britney Spears y Kevin Federline sigue siendo un rompecabezas de amor, resentimiento y fama. Lo que alguna vez fue un romance mediático se ha transformado en una batalla de relatos —cada uno intentando imponer su verdad— y en una muestra más de cómo las viejas heridas del espectáculo nunca sanan del todo cuando hay un público mirando.